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Estamos por cumplir un año… un aniversario que sintetiza procesos, retos, satisfacciones y que hoy nos encuentra convencidos y convencidas de que lo que se hace día a día es muy significativo y trascenderá en el tiempo, contando muchas historias.

Por muchos años hemos trabajado en la investigación, en el mejor manejo y en la gestión de las obras arqueológicas que se encuentran en el CCUT: Stavenhagen, Molina-López, Martínez… cada una nos enseñó historias de vida, decisiones, contextos históricos y políticos. Cada una, aportó fragmentos de un pasado que nos encuentra, miradas desde el arte, desde la responsabilidad social, desde la preservación.

Lo que hoy es FUAPO, antes eran los “fondos arqueológicos” y en ellos, imaginábamos estrategias, sistematizábamos información y hacíamos preguntas. Esa esencia dio paso a que a todo un equipo -diverso y cambiante- nos tocara algo único: ver surgir un fondo dedicado exclusivamente al patrimonio arqueológico de la Universidad. Nos dimos a la tarea: gestión, construcción, investigación para generar las mejores condiciones de resguardo; sueños y procesos realizados.

Las piezas esperaban en CU y verlas generó una mezcla de emociones en cada uno. Descubrir sus historias, registrarlas, documentar cuidadosamente cada paso y convivir en un equipo de personas apasionadas por la labor. Años de trabajo, y pandemia de por medio, en el 2024 todas las piezas estuvieron listas. Finalmente, las últimas gestiones para esta fase previa y la preocupación de que todo saliera como fue: con esfuerzo, compromiso, manos colaboradoras y una gran alegría compartida. El resultado: los días 17 y 18 de junio toda la colección arqueológica de la UNAM se reunió y FUAPO se redefinió.

Ahora los pasos siguientes, el trabajo cotidiano de catalogar, documentar y hacer público un enorme y espectacular acervo que habla sobra las artes y la diversidad del pasado mesoamericano. Cada día aprendizajes, descubrimientos y experiencias.

Desde afuera se puede pensar que trabajar en una bodega, en un acervo, en un fondo o en un museo es “aburrido”, pero nosotros podemos compartirles, desde nuestra perspectiva, que es mágico y, a veces, un pequeño detalle, descubre un mundo de posibilidades, de preguntas y de ideas.

Al equipo de años, a los que están y los que han migrado, muchas gracias.

Parte del equipo de trabajo después del acopio de las piezas (Archivo CIX)

Experiencias y memorias

Compartimos algunos aprendizajes y memorias del día a día…

El trabajo cotidiano en el Fondo Universitario de Arte de los Pueblos Originarios (FUAPO), me incita a adentrarme en nuestro pasado indígena que resguardan sus colecciones. Es un diálogo constante con cada uno de los objetos que tocan mis manos, invitándome a preguntarles por cualquier información requerida, para intentar reconstruir su historia y su vida útil. Todo ello me provoca emociones, sensaciones, ideas, pensamientos e interpretaciones, que me ayudan a dilucidar pequeños fragmentos del pasado.

Sólo hay que saber esperar ese momento, en el que el objeto invita al diálogo, habla y motiva a estar ahí, sensibles y ávidos del descubrimiento, el conocimiento y la investigación.

Fer

Mi experiencia en el FUAPO ha sido profundamente gratificante. Tener la oportunidad de convivir con personas extraordinarias, comprometidas y apasionadas por la arqueología y la museografía, ha sido una de las mayores riquezas de esta vivencia. Cada día representa un aprendizaje nuevo, que amplía mis conocimientos y fortalece mi formación.

El contacto directo con colecciones arqueológicas ha sido, sin duda, una experiencia invaluable que me ha permitido conectar de manera más íntima con el patrimonio cultural.

Luis

Mi experiencia a lo largo de todo este tiempo que he trabajado en el Fondo Universitario de artes de los pueblos originarios ha sido satisfactoria, no dejo de sorprenderme de la gran belleza de cada objeto cerámico, del pensamiento simbólico plasmado en ellos, de imaginar cómo las manos de los alfareros prehispánicos lograron transformar el barro en vasijas, figurillas u ornamentos de gran estilística y de formas impecables. Pero sobre todo algo que más me ha gustado de este trabajo es el investigar, el describir cada objeto y lograr ubicar su posible región cultural y su cronología. Esto ha sido todo un reto, ya que todas las colecciones arqueológicas de este fondo no tienen contexto arqueológico, por lo que no se sabe su procedencia lo que ha dificultado su estudio, a diferencia de aquellas que se recuperan en una excavación arqueológica aportándonos mayores datos. Siempre estaré agradecida de formar parte de este gran equipo y de tener la oportunidad de trabajar con el legado cultural de nuestros antepasados.

Paz

Esta experiencia me ha permitido ver de cerca todo el trabajo y la dedicación que hay detrás de cada una de las piezas arqueológicas, tanto las que se exhiben como las que permanecen resguardadas en la bodega. He tenido la oportunidad de participar en los procesos que se llevan a cabo para su conservación, lo que me ha ayudado a comprender la gran responsabilidad que implica su cuidado y preservación. Esto también me ha ayudado a enriquecer y fortalecer mis conocimientos.

Además, he aprendido a reconocer distintos tipos de cerámica y a participar en tareas como el embalaje, el registro y la organización de las piezas en los muebles de resguardo, donde permanecen protegidas hasta que puedan ser exhibidas y podamos apreciar su enorme belleza.

Agradezco profundamente a todas las personas que me han brindado su tiempo, enseñanzas y conocimientos a lo largo de esta linda experiencia.

Raquel

Trabajar en el Fondo Universitario de Arte de los Pueblos Originarios ha sido una gran experiencia para mi vida. La arqueología nos ayuda a entender los procesos de transformación de las sociedades y poder estar cerca de miles de materiales con cientos e incluso miles de años es un privilegio que honro con dedicación y amor. Gracias FUAPO, por hacer de mi espacio de trabajo un lugar lleno de magia, historias y aventuras por contar.

Darío

Mi experiencia en FUAPO ha sido una de las mejores que he podido tener a lo largo de mi vida académica: me abrieron las puertas a un mundo de aprendizaje constante, colaboración y crecimiento. Desde el primer día me sentí parte de una comunidad comprometida con la excelencia, donde cada desafío se convierte en una oportunidad para mejorar y cada logro se celebra en equipo.

Trabajar en FUAPO me permitió desarrollar habilidades que van más allá del conocimiento técnico; aprendí a comunicarme de forma efectiva, a liderar proyectos con responsabilidad y a valorar la importancia del trabajo interdisciplinario. He tenido la oportunidad de colaborar con personas increíblemente talentosas, de quienes he aprendido no solo profesionalmente, sino también a nivel humano.

Sin duda, esta etapa ha marcado un antes y un después en mi carrera y desarrollo profesional y me siento profundamente agradecida por todo lo que he vivido aquí y las grandiosas personas que he podido conocer a lo largo de este camino. FUAPO no sólo ha sido un espacio de trabajo, sino un lugar seguro a donde recurrir. 

Alo
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